Ha muerto Gregorio Hernández Ríos, El Goyo

Por Lino Neira

Hernández Ríos Goyo Conocí a Gregorio Hernández Ríos, llamado por todos El Goyo, durante el curso académico 1987-1988. Entonces, nos presentó nuestro mutuo y renombrado amigo, Justo Román Pelladito Hernández. Ocurría que, mientras trataba de ampliar las posibilidades de la disciplina Percusión Cubana para los estudiantes universitarios del ISA y planeaba la creación de los primeros cursos internacionales en la esfera de la música en Cuba —algo que se desconoce—, necesité la incorporación a esas “ideas” del canto folclórico…

Claro que sabía de El Goyo desde antes, pues desde que ingresé a la ENA en 1962, tuve el privilegio de contemplar el desarrollo del Conjunto Folclórico Nacional y por ende, el de la figura que hoy homenajeamos, pero nada nos conectaba… y ahí, como siempre…, se presenta la figura de Justo Pelladito.

2011 Afiche la bella cubana Gracias a este, el nuevo colega y para siempre amigo pudo estar a mi lado en el primer festival de percusión gestado en el ISA, y de igual forma, en su conversión en festival nacional, dando lugar al imprescindible surgimiento de la ya desaparecida Sociedad Percuba, que por quince años hizo posible un grupo de aportes fabulosos a la percusión folclórica, popular y sinfónica de Cuba y el mundo.

El Goyo fue el fiel amigo a quien acudía cada vez que necesitaba conocer, aprender o únicamente compartir alegrías y penas, la figura que sin acompañarme directamente en mis investigaciones, estuvo desde el inicio siempre cerca, pendiente de mis avances o mis retrocesos. Mucho de lo que logré y aún logro se lo debo a él y a sus enseñanzas de cómo apreciar y juzgar sin “entrometimientos” el universo de la cultura afrocubana, vasto e inconmensurable. No importaba nada mi experiencia por casi tres años en África, si no hubiesen existido El Goyo, o mi maestro Pelladito.

Hoy quiero dejar claro eso, mientras me toca la difícil tarea de hablar sobre el fabuloso cantante rumbero, que por su calidad devino en uno de los inestimables solistas de abakuá seleccionados para dejar plasmado el arte de esa increíble religión en “mi disco”, el volumen 10 de la Antología de la música afrocubana. Se trata de un gran músico, a quien pinareños y habaneros disputan por su origen, y la verdad es que Cuba y el mundo deben aclamar y luego, seguir aclamando, dada su magnitud y trascendencia.

Pero… ¿quién era “El Goyo”? Nunca sabremos si Gregorio Hernández Ríos nació en la provincia de Pinar del Río o la de La Habana, el 17 de noviembre de 1936. Fue y será siempre percusionista general folclórico, bailarín, coreógrafo, cantante y profesor. Fungió como Profesor Titular del ISA, además cumplió funciones de régisseur y director de escena, así como la de asesor folclórico. Fundador y profesor durante veinticinco años del Conjunto Folklórico Nacional. Realizó numerosas giras como asesor, bailarín y tocador folclórico a numerosas ciudades de Italia, Francia, Holanda, EE.UU. y Canadá. Participó en documentales, películas, comerciales y obras de teatro. Compartió escenario con figuras como Carlos Patato Valdés, Tata Güines, Isaac Delgado, Changuito; Orlando Valle Maracas, Lázaro Ross, Afro Cuban All Star, Yoruba Andabo, Clave y Guaguancó, Los Muñequitos de Matanzas, Giovanni Hidalgo, y otros músicos famosos en festivales de escenarios de América Latina, el Caribe y Europa. Participó en numerosas producciones discográficas que han sido nominadas a los Grammy Latino y Norteamericano. Uno de sus CD se nombra La Rumba es Cubana. En el año 2001 recibió el Premio Grammy por su participación en el disco La Rumba soy Yo, del que fue uno de sus principales organizadores y ejecutantes.

Su disco Historia (2003) fue nominado al Premio CUBADISCO. Su última y esmerada labor hacia la percusión cubana desde la dirección de la agrupación Obba-Ilú abarcó las esferas práctica y teórica, haciendo fehaciente sus potencialidades artísticas y su capacidad de conservar nuestro patrimonio cultural afrocubano. El Goyo integró por quince años con pulcritud y espíritu profesional la Junta Directiva Nacional de la desaparecida Sociedad PERCUBA. Él fue digno e indiscutible representante de quienes conforman el rico universo de la percusión cubana.

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